Peligros y efectos sobre la salud
No todas las cenizas tienen el mismo potencial de
inducir daño a salud, en especial se si compara la ceniza dañina de
una explosión
volcánica reciente con ceniza sedimentada.
Ceniza caliente de un flujo
u oleada piroclástica casi siempre causan la muerte por
quemaduras o
asfixia.
La acumulación de ceniza en techos puede causar su colapso matando a
personas.
Ojos,
nariz y la garganta
suelen presentar síntomas tras la caída de ceniza o tras la
exposición al aire con ceniza.
La exposición a cenizas suspendidas en aire puede generar síntomas
respiratorios como disminución en el flujo espiratorio forzado y un incremento en la sintomatología
respiratoria.
Las cenizas pueden generar broncoespamos en la vía
respiratoria en infantes. La ceniza también se sabe haber causado irritación
tanto en las vías respiratorias como en la piel.
Poblaciones humanas en áreas de caída de ceniza también han
registrado estrés
y fluorosis
en dientes
y huesos así como
mayor incidencia de mesotelioma
pleural maligno, carcinoma,
fibrosis pulmonar
y daños en el ADN.
Suelos de ceniza volcánica
Los suelos
de ceniza volcánica comprenden el 0,84% de la superficie terrestre
sobre el nivel del mar o 124.000 HA.
Estos suelos se distribuyen únicamente en zonas de volcanes activos
o recientemente extintos. El 60% de los suelos de ceniza se hayan en países tropicales.
A pesar de cubrir solo una pequeña parte de la superficie terrestre
los suelos de ceniza son un importante recurso debido a la gran
cantidad de población.
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